domingo, 27 de septiembre de 2009

PEDRO SORIANO: BIOGRAFÍA


Es Granada tierra prolifica en gentes dotadas de especial sensibilidad, la propia historia y en especial el paisaje, son delicados caldos de cultivo para que esto suceda.

Sin embargo, muchos de estos granadinos son más conocidos fuera de su ciudad que dentro de ella. Y este, probablemente pueda ser el caso de PEDRO SORIANO, aunque no del todo, ya que en tiempos de su ARCADIA la nómada, a la cual unos años más tarde dedicaría su canción "Arcadia", el cantautor granadino tuvo en su ciudad frecuentes apariciones en público. Fueron algunas facultades y escuelas universitarias, asi como Ayuntamientos e institutos de la provincia, los que sirvieron de cauce elástico para la voz y la música de este hombre.


Aunque nacido en Sevilla –trianero él– vino en su infancia nadando por el gran Río, y recaló ascendente por el Genil, en su Granada. Más concretamente en su calle Elvira, a la que tambien más tarde escribiría una de sus más emotivas canciones "Calle de Elvira", en la que nos habla de su niñez al igual que en aquella otra "¡..Cómo me acuerdo..!" Tras sus estudios en la Escuela de Arquitectura Tecnica se decide definitivamente por la música, en la que había hecho algún escarceo fundando la tuna de dicha escuela.

Desde que cogió la guitarra PEDRO SORIANO inició la andadura del réves, mostrándonos, a esta altura de su vida, que se puede existir sin necesidad de vinculos convencionales. Pedro, sin embargo, no es un contestatario, no es que lleve la contraria porque si, sino que, sencillamente, es hombre que no acepta nada que no sea razonable. Todo tiene que tener una explicación. No obstante, la contradición de PEDRO SORIANO se origina en otra lugar, en el choque de lo razonable con lo creativo. El, por encima de todo es un artista, es un hombre dotado de sensibilidad extraordinaria que no precisa más de una voz y una guitarra, -su guitarra de madera de ciprés– y algún amigo con el que charlar de los asuntos más variopintos.

En toda la humanidad fisica de este cantautor granadino destaca, sin lugar a dudas, sus ojos, que son casi de hombre del campo, ojos de mirar claro y limpio, diáfanos en al infinito de la mirada y tan expresivos que un linguista habría que reconocer en ellos la categoría de suprasegmento.

Una constante en el espiritu de sus letras es el transformo unamuniano, la uniforme disconformidad, el choque de la existencia con la realidad amarga, adobado el relato con detalles de ternura e intimidad, al igual que la familia y amigos a quien tambien dedica gran parte de sus canciones. "A Carlos", "El Anarquista", "Sueño eterno", "¡..Cómo me acuerdo..!", "Carmen", "Oliver", "Canción para el azar", "El fraile", "Maximo", "Pero diles tú Santiago" "¡Ay Kino cómo te extraño!", "Tita Encarna", "Arcadia", "Noches del Bar León", "María", "Canción de Elena", son parte de ellas.

Devoto de Jacques Brel y Joan Manuel Serrat, creó en Granada en los años ochenta su ARCADIA, casi un templo en el que se trató y discutió de la teología mediterránea. Sin embargo, en sus convicciones –si es que está convencido de algo– el componente centroeuropeo es decisivo. Largas estancias en Alemania le procuraron dos cosa: una compañera excepcional –Uschi– y otro modo de ver las cosas de como las vemos por aquí.

Terror siente por los automóviles y es miedo desde luego, justificado. No tolera en su vida esa invasión desmedida y lucha, como puede, con su voz y su guitarra, o contundentes afirmaciones en cualquier conversación.

Hombre libre, mira disciplente cualquier tipo de atadura y suele derretir con su mirada, solamente, la fortaleza de sus nudos .

Ternura recóndita en su interior que se abre generosa, como bota del mejor vino en cada una de sus canciones, con ritmo de bolero rumba o cuplé.
J.A.A.S

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